Estadio de altura, comida de altura vigilada por el Diablo Mayor
Los alrededores del Nemesio Diez rebosan de pequeños y medianos puestos llenos de comida. Adornado con collares de chorizo rojo y verde, visitamos los tacos de chorizo, carnitas, campechanos, de bistec, mismos elementos que en otro puesto, se sirven en modalidad torta. Los de cajón: “Tacos Lupita”, atendidos por doña Guadalupe en persona, quien acompaña su antojito con cebollitas, nopales y salsas que renueva el sabor de cualquier platillo.
Caminando al interior del “infierno”, no podemos olvidar detenernos con el vendedor de cervezas, para que la bebida nos acompañe 90 minutos de futbol. A pesar de que los aficionados vestidos de rojo lo dan todo por un campeonato, dan el doble para que los vea el de la charola con las enchiladas de salsa verde, pues solo en “La bombonera” se sirve este platillo con crema, queso y cebolla.
De la misma manera, nos encontramos a los huaraches toluqueños, una especie de sope que no es sope, de tlayuda que no es tlayuda, sino todas las anteriores: se trata de una delgada tostada hecha con masa azul (maíz negro) martajada de unos 30 centímetros de diámetro, con una base de frijoles refritos, una segunda capa de cilantro, una tercera de nopales, queso rallado y cebolla, con una salsa roja de chile chilaca que se acompaña de una servi- lleta extra, por si lo necesita la nariz después de tanto picor.